Lo cierto es que viendo el camino que tomaban las carreras de otros grandes como Bob Dylan o Tom Jones, reinterpretando clásicos, esperaba que el León de Belfast nos sorprendiera con algo similar. Y más después de filtrarse que una de las piezas de este trigésimo sexto disco era una versión del “Share You Love With Me” que popularizaran Aretha Franklin y Kenny Rogers. Falsas esperanzas. Morrison lo toma donde lo dejó en “Born To Sing: No Plan B” (12) y reincide en esa fórmula a medio camino entre el jazz y el rhythm & blues que domina como nadie. No sorprende pero no falla, algo que sabes cuando arranca la inicial “Let It Rhyme” y que confirma la bellísima continuación que es “Every Time I See A River” o el espléndido swing de “Look Behind The Hill”. El disco transcurre entre medios tiempos y baladas para que el Morrison blues aparezca en “Going Down To Bangor” y el saltarín se asome en la última pieza instrumental, “Caledonia Blues”, dejando la sensación de que, como siempre, va sobrado.
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