Ecos de aventura
DiscosValira

Ecos de aventura

8 / 10
Don Disturbios — 17-03-2019
Empresa — Propaganda Pel Fet!
Género — Pop-Rock

Si alguien pensaba que muerto el perro se acabó la rabia, ya le puede ir pegando unas cuantas patadas al refranero popular, porque la caga. O al menos lo hace del todo en el caso de Valira, el nuevo proyecto del guitarrista Juan Zanza tras el receso de La Raíz. Poca broma. Iniciar un proyecto en solitario después de pertenecer a un grupo de tanto éxito y relevancia, siempre es complicado. Además te coloca en una privilegiada casilla de salida que genera tanta expectación como responsabilidad. Si titubeas no hay red que te salve, pero si tu pulso es firme y tienes las ideas bien claras de hacia donde quieres ir, lo cosechado con anterioridad es el abono perfecto para tu causa. Y Juan Zanza ha demostrado, con este primer trabajo titulado de forma sabia “Ecos de Aventura”, saber lo que se lleva entre manos.

Grabado en los estudios RPM de València con Roger García a los mandos de la producción, Juan se ha sabido rodear de músicos más que competentes, y de largo bagaje, como: Felipe Torres (La Raíz), Gabi Pellicer (Flaco Favor) y Carlos Benavent. Con ellos ha dado forma a un disco sólido, con muy pocas aristas en su redondez. Uno de esos trabajos que se escuchan de principio a fin y que te demandan una nueva reproducción para seguir fijándote en los detalles. Sin ir más lejos, abrir el disco con “Guerra Fría· representa, ya de entrada, un triple sobre la bocina. A nadie se le puede escapar que se trata de un tema ganador que ya deja muestras del talento de Juan para unir la tradición del riff roquero, con una evidente intención melódica que te envuelve en el estribillo, sumado al rápido fraseo que lo entronca con su anterior banda. Todo ello con detalles electrónicos que sazonan al conjunto de un toque de modernidad. Pero la cosa no acaba ahí, y el álbum es mucho más que un solo y rotundo single: “Corazones ambulantes” es otra inspirada canción directa, de guitarras poderosas, que va a provocar el karaoke generalizado en los conciertos y “El Animal” echa mano una vez más de esa fusión de rap y rock que tan buenos resultados le dio a La Raíz. Por cierto, y antes de que me olvide, no quería dejar de mencionar otro de los puntos fuertes del disco: el excelente trabajo que Juan ha hecho en sus labores como vocalista. Solo hay que acudir a canciones tan trepidantes como “Vértigo” u otras más desnudas y sentidas como “Adversarios” “Primer asalto” o “Vega” para darse cuenta de ello.

“Ecos de aventura” es un álbum que contiene un evidente pulso existencialista en el que el individuo se muestra vulnerable ante lo incierto, necesitado de esa fuerza vital que mueve el mundo que no es otra que el amor. Un disco que busca el apoyo en las personas que te quieren, pero que no siempre están ahí para darte ese golpe de mano que te salve. Hay un tono agridulce que por momentos se tiñe de esa desesperanza tan acorde con los tiempos que corren, y cuyas letras dan pie a diferentes interpretaciones, por esa capacidad que ha demostrado su autor para crear imágenes metafóricas muy poderosas.

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