En su tercer disco, los británicos The Pigeon Detectives inciden insistentemente en la misma fórmula que propició el relativo éxito de su debut “Wait For Me” (07). El inconveniente es que a estas alturas la frescura se ha evaporado gracias a una irritante repetición de indie-rock guitarrero, tan manoseado en el presente álbum como poco creíble y carente de sorpresa. Formas de manual ejercidas en un sobresaturado club compartido con Razorlight, The Kooks o The Fratellis, en el que a primera vista no resulta necesario alcanzar gran nivel para ingresar, con composiciones demasiado evidentes de atractivo empalagoso y escaso mérito. “Up, Guards And At ‘Em!” es un álbum que no consigue sobreponerse al lastre de canciones sin chispa, pensado para cazar al adolescente despistado y poco exigente y donde cualquier otra pretensión resultaría por encima de sus posibilidades reales. El quinteto de Leeds nunca ha destacado como excepcional, pero el divertimento y pegada presente en temas de sus inicios desaparece súbitamente tras certificar su peor entrega hasta la fecha.
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