El cuarto disco de banda canadiense The Besnard Lakes alberga una acertada obra de Dream Pop con clara querencia Shoegaze que, si bien evita aportar novedad alguna al género, respeta a cambio con elegancia y credibilidad los parámetros tradicionales del mismo, ejecutando principios básicos con solvencia, convicción y solidez. Ocasionalmente el cuarteto tiende a recrearse demasiado en sus propias interpretaciones, con una dilatación excesiva de las composiciones que en ningún caso evitan la consecución de pasajes ambientales amparados entre el drama y la confortabilidad. Las sensaciones se suceden con la dupla compositiva formada por Jace Lasek y Olga Goreas relevándose continuamente en el papel de vocalista, sumergiendo al oyente de manera progresiva hasta conquistarlo con un álbum de marcada tendencia ascendente.
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