Este disco de Unai no es sólo una enorme sorpresa, también es una incógnita. El vídeo en blanco y negro que unía sus canciones "If you get to feel" y "Home", que ahora forman parte del álbum, supuso la primera pista sobre un tipo tan especial como totalmente desconocido. Al menos para mí. Pregunto a Iker Bárbara que es quien ha colgado el vídeo en esta revista, y me remite a Jon Pagola. "Es amigo de mi hermano, no tengo mucha más información. Muy guay su vídeo, me flipa" es parte de su mensaje. Pues sí, el vídeo, como su música, impacta de inicio, Unai con la cara pintada y ese final comiéndose su propia melena recién autocortada.
Hay alguna cosa que sí sabemos, Unai es Unai Madariaga y el encargado de la producción ha sido Eneko Ajangiz. Le suponemos guipuzcoano, por la relación con los Pagola, aunque sus fotos están hechas en Bilbao. El álbum comienza con "Home", una canción acústica y cruda en línea con el mejor Daniel Johnston. En "Loner" ya se mezcla con una oscura electricidad solapada y que deja claro que Unai es puro rock'n'roll de autor, al filo del folk, el pop, o la psicodelia de carácter, siempre a quemarropa y a ras de una lírica urbana tormentosa y sin concesiones a la tontería. Le entrevistaremos pronto (hay ganas) pero de momento envía unas líneas en las que adelanta que el disco cuenta una distópica historia no lineal sobre las fases por las que pasa un hombre solitario y deprimido hasta que le llega la muerte. De una manera muy natural, pues es lo que espera ya que no le gusta el mundo en el que vive. También dice que lo ha grabado en una especie de 'moving home studio' en diferentes espacios, ya que no disponía de un estudio como tal. Un temple casero que aún le proporciona un encanto añadido.
El arreglo final de "Loner" es todo un acierto. "If you get to feel", conocida por el vídeo, podría ser el tema estrella, una melodía perezosa y contagiosa con unos coros irresistibles. “I wish”, que también tiene vídeo y esta vez en color, sigue el trote de la Velvet con sorpresa lisérgica; otra maravilla. “Insane” vuelve a un soliloquio loureediano con semblante acústico. “Stay away” trasmite serenidad y tristeza, signo de identidad de la parte final de un disco que es un viaje el universo personal de un músico al que a partir de ahora habrá que conocer y seguir de cerca.
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