“Da miedo pensar que despertarás sintiendo nada de nada, y convenciéndome que sigues buscándome por calles vacías en cualquier lugar del mundo”, empieza "Un lugar imaginado" (Elefant Records, 18), el segundo largo del sexteto barcelonés Neleonard, dirigido por Nele (Manuel) Navío, y presenta el costumbrismo emocional de sus letras, que si ya era una de sus señas de identidad, como la luminosidad de las melodías, reluce mucho más esta vez gracias a la introspección y los ritmos más contundentes.
A Nele le acompañan Guillermo Rodriguez, Pedro Señalada, Laura Alonso, Eloy Bernal y Elena Comas como tropa, y se han rodeado de buenos amigos como coristas: Laura Antolín de Doble Pletina y Gúdar, en “El mismo”, la canción con la que abre el disco, y Fermí Herrero de Tronco, en “Por no hablar”, precisamente una de las más bonitas y reflexivas. Las melodías pop que ya marcaron en el EP “Agosto” (Elefant Records, 14) y “Las causas perdidas” (Elefant Records, 16) siguen ahí, pero esta vez el punto de referencia ha sido el sonido de discos como “My Maudlin Career” (4AD, 09) de Camera Obscura, y se distingue claramente en la producción, la conjunción de los instrumentos y en los juegos de voces, que forman un diálogo de armonías impecable y con una pizca de oscuridad.
Y pese a las influencias, Neleonard traspasan las comparaciones. Que la banda haya nacido en un lugar como Hi Jauh USB? favorece ese sonido propio. Por el local de ensayo pasan otras bandas también con cuna en el Passatge del Caminal y por el escenario han pasado otras muchas, cada cual más distinta entre sí, así que quizá, desarrollarse en un espacio tan impregnado de música sea uno de sus secretos para engendrar maravillas tan elegantes y honestas como este lugar imaginado, que no está libre de dramas, pero sí lleno de aceptación y amor.
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