La referencia 94 del sello de Hell no va a sorprender a nadie por lo que a contenido se refiere. Mount Sims nos presenta un disco bicefálico, en cuanto a posicionamientos estilísticos se refiere.
De este modo, si los dos primeros temas (“Hate Fuck” y “Good Service”) nos hacen pensar en un alineamiento más en consonancia con otros revitalizadores ochenteros como Fischerspooner o Ladytron, el tercer corte nos remite directamente al space-funk afín a la escuela de George Clinton. Mount Sims es una creación de Matt Sims, un enamorado de los sonidos electro que comenzó a esbozar sus primeros logros cuando, a través de la agencia de modelos en la que figuraba en nómina, contactó con Ryan Heffington, uno de los gurús de la actual escena arty de Los Angeles. El poso de música negra se hace latente en su música gracias a la influencia procurada por su hermano (fue músico de acompañamiento de Curtis Mayfield, Barry White o Giorgio Moroder) durante la infancia. “Ultra Sex”conecta muy bien con el trasfondo de “#1” de Fischerspooner. De hecho, ambos sirven de soporte sonoro para las performances que representan sobre el escenario. Mientras que los de New York centran su temática en el mundo de la moda, Mount Sims se obsesiona con la idea de que sexo y techno no se pueden separar.
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