Tyranny

Es difícil relacionar el trabajo de The Voidz con el resto del material que conocemos de Casablancas. Hay que escudriñarlo con los oídos limpios y sin anticipar nada, porque es complicado, heterogéneo, incómodo, oscuro, espeso, claustrofóbico, emocional, y sucio. No hay hits. Constituye un planeta en sí mismo en el que las piezas, parecen no tener sentido sin un par de decenas de escuchas tras las que empiezan a destilarse ecos que al principio parecen imposibles, y que remiten tanto a Talking Heads, como a Sonic Youth, pero sin perder de vista una herramienta electrónica bastante punk que reivindicaría a Nine Inch Nails, y eso, a pesar de la salida de tono tropicalista y anacrónica de “Father Electricity”. Es épica de la suciedad, pero con el sentimentalismo de alguien que una vez quería volver a hacer pop con el rock, como demuestra en la locura iconoclasta de “Nintendo Blood”.

Y cuando, entre ruidos y guitarras que parecen aleatorias, se perfilan las letras de las canciones, se completa el cuadro derrotista de un disco que no trata de divertir sino de impresionar, como si en vez de tener a The Strokes en la sombra, estuviéramos hablando del entretenimiento de un miembro de Deerhunter. En este sentido, su creador no podría haber hecho una maniobra de despiste más inteligente. Ahora que el intento por darle continuación al éxito del grupo madre parece una bufonada nostálgica, Casablancas se saca el as de la manga de un álbum con unas intenciones muy serias. De un plumazo se acerca al punto de recuperar la credibilidad dilapidada con los años huyendo de todo lo que oliera al género que lo dio a conocer. Ahuyentará a muchos fans antiguos, no hay escucha fácil que valga, pero debería abrir muchas puertas nuevas, sobre todo si no se trata de un pasatiempo, y aun así, el disco ya está terminado y enlatado, y se mire por donde se mire, esto es más interesante que todo lo que ha publicado su autor a partir del primer álbum de The Strokes, así que vamos a ver ahora si el público es capaz de sorprenderse con gusto. Podría haber tela para rato.