De día, los rascacielos de las grandes ciudades proyectan sombras larguísimas que tapan el sol a ras de suelo. Al caer la noche, las ventanas de cada vivienda, de cada oficina, se encienden alargando la vida de quienes las habitan. Post Malone, que a estas alturas ya es un rascacielos, un tótem, de la música en los últimos años, refleja este juego de sombras y luces en su último álbum, “Twelve Carat Toothache” y, para ser precisos, también en “Hollywood's Bleeding”, su antecesor. Luces y sombras porque Post Malone se ha asentado en la élite musical internacional y ha llegado a ser el artista más escuchado del mundo en plataformas de streaming tras el éxito de canciones como “Congratulations” o “Rockstar”, pero sus trabajos recientes explicitan una carencia indeterminada, móvil, como la sombra del rascacielos en el que se ha convertido, enorme, inevitable.
“Twelve Carat Toothache” es, yendo al grano, un álbum redondo; de principio a fin, todas las canciones gozan de una factura perfecta y es un verdadero placer escucharlo. Post Malone se ha superado como músico en un trabajo que, al mismo tiempo, sirve de aglutinador de diferentes estilos como el trap, el R&B o el pop más clásico para formar el álbum mainstream perfecto. Post Malone se abraza a las últimas tendencias de la música comercial internacional para condensarlo todo en su obra. El resultado, con los medios y el talento del artista neoyorquino, es, a la fuerza, brillante. Los problemas empiezan cuando uno se da cuenta de que, a diferencia de lo que sucede en sus hits más conocidos, y en sus dos primeros álbumes –los más reseñables–, Post Malone ha optado por imitar estilos más que por mezclarlos en un buen puchero. Por poner un ejemplo claro, “Insane”, uno de los temas más vibrantes que tiene el disco, se acerca peligrosamente a una copia del estilo archicaracterístico de Travis Scott; por ir a lo general, es un álbum que no dista demasiado de un “Justice” de Justin Bieber. ¿Que por qué se merece un notable? Porque no siempre podemos valorar el trabajo de los artistas en base a su originalidad. ¿Qué por qué no es uno de los mejores discos del año? Porque no podemos despreciar la originalidad.
Este álbum contiene una de las canciones más brillantes de lo que va de temporada, “I Like You (A Happier Song)”, junto a Doja Cat, que probablemente alcance en pocas semanas el número uno de las listas de éxitos a ambos lados del Atlántico. “Twelve Carat Toothache” contiene también las aspiraciones de Post Malone de trascender más allá de artista mainstream, pero es el propio álbum el que también las contiene, como el rascacielos contiene sus luces y sus sombras, inevitablemente.
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