Triángulo de Amor Bizarro es uno de esos grupos de los que siempre apetece recibir nuevo material, venga éste en el formato que venga. Resulta además satisfactorio comprobar como su música, más de una década después de aquel debut homónimo, sigue agitando entrañas con igual intensidad y abrasivas consecuencias. Por eso estas cuatro canciones (vinilo limitado a quinientas copias) cunde bastante más de lo que dura, después de incluir quince minutos de potencia descarada.
Los gallegos aprovechan la ocasión para reaparecer explícitamente contestatarios ante el entorno social-político, por momentos directos a la yugular y en otras ocasiones apostando por una cruel ironía de lo más cáustico. “O Isa” tiene tintes inmediatos de himno y será un trallazo sobre los escenarios, con un ritmo y una rabia imparables y en la que Rodrigo Caamaño aprovecha para combinar líneas crípticas con destellos de realidad. Isabel Cea toma el relevo tras el micro en una “Los llevaré en mi cruz”, donde la velocidad se mantiene y con la que se confirma que el hecho de que este EP haya visto la luz el día en el que comenzaba la Semana Santa no es casualidad. El tono (relativamente) amable del acercamiento pop de “Ciudadanos” esconde, de nuevo en la voz de Isabel Cea, una explícita crítica en la que es fácil encontrar destinatarios concretos. Cerrando la referencia aparece el tema que también le da título, acertado alegato desesperanzado contra el manejo de los supuestos patriotas (y ese capitalismo al que en realidad veneran) y sus consecuencias para el pueblo.
“El Gatopardo” es una estampa realista e indisimulada que, sin atisbo de adornos, retrata una situación innegable y cada vez más difícil de ignorar. Cuatro piezas que se colocan directamente entre lo mejor del cancionero de un grupo que ha ido creciendo fiel a su aspereza, un volumen generoso, y la erosión narrativa de sus letras.
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