L.A. Times
Discos / Travis

L.A. Times

7 / 10
Carlos Pérez de Ziriza — 12-07-2024
Empresa — BMG
Género — Indie pop

¿Son Travis la banda favorita de alguien? Quizá sí lo sean, y en cualquier caso es un interrogante que es aplicable al noventa y cinco por ciento (como mínimo) de las bandas que pululan por el planeta, pero no puedo evitar preguntármelo cada vez que escucho un nuevo disco suyo. Ocurre también que los resultados conviene medirlos según las expectativas propias y ajenas, y ni ellos tuvieron la culpa de caer en gracia desde finales de los noventa ni tampoco puede decirse que sean unos músicos pretenciosos: todo lo contrario. Difícilmente pueden caerte mal.

Su universo creativo es también muy auto referencial, e incluso los momentos más exóticos en su trayectoria revelan que su faro está mucho más cerca de lo que piensas: Fran Healy se marca un spoken word en el tema titular y me confiesa que el hip hop de la costa oeste norteamericana (vive en Los Ángeles desde hace unos años) no ha tenido nada que ver, per sí algo los irlandeses Fontaines D.C., a quienes su hijo escucha compulsivamente. Tampoco es este un disco de declive urbano angelino, al estilo de los últimos de Kim Gordon o el que grabaron Budgie, Lol Tolhurst y Jacknife Lee. No. Todo es mucho más sencillo: una separación conyugal y el amargo adiós a su controlador manager han sido dos de los factores que lo impulsaron.

Son los momentos en los que más se desmarcan de su tradicional folk pop melancólico los que a priori más me atraen de este décimo álbum: las influencias gospel de “Raze The Bar” (con Chris Martin y Brandon Flowers a los coros), la cadencia a lo Kinks de “Gaslight” (posiblemente el mejor corte), la forma en que se parecen a Gomez en “Home” o a Eels en “I Hope That You Spontaneously Combust” o ese ya mencionado recitado de Healy bajo el ruido de las sirenas y el aleteo del rotor del helicóptero en “L.A. Times”. Todas me tiran más que “Alive”, “Naked in New York City” o “The River”, más afectas a su canon, más previsibles en forma y fondo. Aunque de todo tiene que haber, y entre todas colorean, en cualquier caso, un trabajo que, dado el currículo de su productor, Tony Hoffer (Air, Belle and Sebastian, Beck, Phoenix), les ayuda a mostrarse más inquietos e incluso inspirados que en recientes entregas.

 

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