El músico afincado en Madrid Xisco Rojo se refiere a una crisis “holística, total” para explicar el proceso de su tercer álbum; un trabajo que se aleja deliberadamente de buena parte de las variantes de la americana folk de raíz anglosajona que había explorado durante años.
Si hace tiempo que prescindió de su voz como elemento integral, ahora también se despoja del lenguaje formal basado en un modo muy específico de entender la guitarra acústica y las estructuras de las canciones, añadiendo una nueva paleta sonora. La preciosa ilustración de portada nos da pistas de lo que nos vamos a encontrar: las referencias a la oriental concepción circular de la existencia son claras, así como una voluntad de reinvención hacia paisajes instrumentales muy evocadores que bien podrían estar acompañados por imágenes. Rojo se ha encargado, además, de la parte técnica, poniendo su experiencia al servicio de un sonido orgánico y vivo.
“For You Dwell In The Light” sirve de portico de entrada de un viaje en el que las sombras dan pie a una serenidad muy anclada en esa aspiración budista de ver las cosas como son a partir de la meditación, trascendiendo el sufrimiento a que nos someten nuestros demonios interiores –y que tanto ha inspirado a músicos de Occidente de todo tipo, de George Harrison a Philip Glass o Beastie Boys. Aunque hay reminiscencias de los pellizcos de guitarra acústica del folk anglosajón –sobre todo, en “11 Out Of 10”–, en el álbum predomina esa espiritualidad budista contemplativa que aquí nunca suena impostada, artificiosa o como pastiche new age: puede ser solemne (“A Different Kind Of Peace”), festiva (“Maia”), misteriosamente abstracta (“Íackh O Íakche!”) o llena de gozo (la guitarra eléctrica de “Paseo de los Melancólicos”), pero en todo caso parece salir de un lugar verdadero.
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