Tras su retorno al mundo discográfico, Patti Smith se ha mantenido en el candelero sacando discos que, sin ser excepcionales, no desmerecían la leyenda forjada gracias a su primer trabajo, el mítico Horses.
Sin ir más lejos Gung Ho, su anterior disco editado hace ya cuatro años, era un trabajo excelente que nos dejaba un gran sabor de boca. Al igual que este Trampin que, aún siendo más desigual en su totalidad, goza también de grandes canciones.
Temas rockeros como ese “Jubilee” con el que abre el disco o la intensa “My Blackean Year”, sumergidos entre un mar de medios tiempos melódicos con los que desplegar su peculiar voz y personalidad.
Temas suaves como “Cartwheels”, “Cash” o la entrañable y emotiva “Mother Rose” (temazo), con el añadido de incluir, como viene siendo habitual en todos sus discos (recuerden “Fireflies”, “Memento Mori” o “Gung Ho”), un largo alegato de más de doce minutos, “Radio Baghdad”, esta vez contra la política de Bush en Iraq.
Del disco de Patti Smith tan sólo me sobra “Gandhi” por obvia y pesada, pero eso es algo que no deja de ser una anécdota, al igual que la colaboración de su hija de dieciséis años al piano.
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