Que el mejor tema del disco sea una versión es un indicativo de por dónde van los tiros. Chris y Carla son buenos intérpretes, de ahí la valiosa lectura del «Bonnie & Clyde» de Serge Gainsbourg, una pequeña joya que se perderán aquellos que no accedan a la edición limitada de «Trail Of Stars». The Walkabouts sufren un síndrome nada extraño para muchos de los que se dedican a grabar una nota detrás de la otra: el envoltorio de Walkabouts es tan bonito que va en detrimento de un contenido más bien... soso. No es que «Desert Skies», «Straight To The Stars» o «Last Tears» no contengan bellas melodías, es que en muchos momentos la partitura no está a la altura de la producción. Si bien ésta se ha despojado del pesado ornamentalismo que ostentaban sus anteriores trabajos y ahora parece beber de tendencias más novedosas (léase Portishead), las canciones de Chris y Carla, Carla y Chris, siguen teniendo un componente demasiado mainstream o, digamos, demasiado orientado al público adulto. Así, The Walkabouts, lejos de la vorágine de Seattle que a punto estuvo de comerselos vivos, se mueven en las aguas tranquilas de un pop triste de arte y ensayo que, aun sonando demasiado épico, arrastra en los cortes más lacrimógenos y -por qué no decirlo- melodramáticos.
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