Athlete, los hermanos indies de Keane desaprovechan la ocasión de revalidar la alta puntuación de su debut. Una insípida sensación de vaguedad e imprecisión es lo único que queda una vez finalizada la escucha de “Tourist”. Si “Vehicles And Animals” demostraba hace apenas un año que era cierto que existían nuevas bandas capaces de seguir dando sentido y contenido al neo-britpop, “Tourist” flojea en sus pretensiones melódicas y fracasa en su ilusión de querer hacernos sentir tristes.
La banda se muestra esclava de un encorsetamiento formal al que parece rendir pleitesía y no logra esgrimir mejor arma que su propia indulgencia melodramática, inflada por arreglos orquestales y la ampulosamente afectada voz de Joel Pott. Sólo en ocasiones puntuales, como en las del sobrecogedor single “Wires” (compuesto junto a Chris Martin de Coldplay y dedicado a la hija de Pott, nacida prematuramente y víctima de ataques epilépticos), en la popera “Half Light” o en la sugerente “Modern Mafia”, el cuarteto londinense consigue recuperar algo de la viveza demostrada en su debut. Ése deberá ser el camino a seguir por los británicos si aspiran volver a sorprendernos en el futuro.
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