III

Una expectación que se echaba de menos cuando se trata de un grupo nacional precedía a “III”. La liberación de los nuevos temas de los madrileños agrupados en este álbum, siguiendo la encomiable política de Aloud, ha confirmado que, poniéndonos quisquillosos, el único pero del que adolecía “II” – una cierta falta de cohesión a lo largo de todo el minutaje- ha sido aquí ampliamente superado. Con un repunte en el protagonismo del bajo, una rebaja en los aportes étnicos, unas cuerdas ajustadas, una redefinición de la épica y un maridaje claro de la intención conceptual y el contenido final en sus referencias mortuorias, puede decirse que la consistencia de “Cielo negro”, la emotividad de “Requiem” o la acertada medición del tempo de la que hacen gala en “Lilim” contribuyen al techo de Toundra. Sin ser adivino, lo cierto es que “III” parece ser el punto de inflexión definitivo a partir del cual estar más apretujado, vía crecimiento imparable, en esos intensos conciertos en los que la banda ha hecho a muchos neófitos cuestionar la necesidad de la presencia de una voz para escuchar música. Todo un logro.