Touché Amoré es quizá la banda más influyente del post-hardcore de la última década a nivel internacional. Con una carrera activa desde hace ya más quince años, y después del lanzamiento del aclamado “Lament” (20) en plena cúspide del COVID-19, el quinteto de Los Ángeles regresa tras cuatro años con “Spiral In A Straight Line”, su sexto disco de estudio y segundo producido por el mítico padrino del nu metal Ross Robinson que supone también su debut con la discográfica Rise Records.
El pasado mes de junio, el grupo californiano se presentaba en el Outbreak Fest 2024 celebrado en el Bowlers Exhibition Centre de Manchester, Inglaterra, tras una breve gira por Estados Unidos y Australia. Precisamente en este genial y ya establecido festival inglés de hardcore, punk, rock y rap tocaban en exclusiva por primera vez “Nobody's”, el tema de apertura de “Spiral In A Straight Line”, que se estrenaría oficialmente un mes después acompañado del anuncio del largo de once canciones.
Lo cierto es que los adelantos de “Spiral In A Straight Line” no hacen para nada justicia a lo que es el disco. Es habitual que últimamente los adelantos presentados como singles previos a un lanzamiento sean lo más flojo o lo más raro que se vaya a ver en su interior, quizá por las reacciones de la gente, por trollear o por sabe Dios qué. La cuestión es que la apertura con la repetitiva y algo regulera “Nobody’s” deja con una sensación de que Touché Amoré han perdido el fuelle, pero es algo que se supera en cuanto “Disasters” entra en nuestros oídos y vuelve la caña con una buena dosis de punk directo con esos gritos propios del post-hardcore más agresivo.
“Hal Ashby”, el otro adelanto que tuvimos de este álbum, vuelve a mostrar a los Touché Amoré más indefensos con un tema que resulta casi tan básico como ese “Nobody’s”, pero que acaba funcionando bastante bien en el conjunto. Con este triplete inicial de idas y venidas que nos acerca a lo nuevo de los angelinos podría parecer que la cosa no va a ir a mejor, pero con “Force Of Nature” empiezan a cambiar las tornas devolviéndonos la presencia de guitarras post-rockeras y la voz desesperada y desgarrada clásica de Jeremy Bolm para retrotraernos a la época de “Parting The Sea Between Brightness And Me” (11) con la cruda y llena de baterías incesantes “Mezzanine”, que llega a recordar a “~” (tema que abre el disco citado, estrenado en 2011).
Ya entrando en el meollo, “Altitude” continúa la congoja y rabia típica que ya conocemos dándonos como regalo un muy breve retazo acústico final que parece prever los primeros acordes que respaldan “This Routine”, la cual vuelve darnos un rato un poco más reposado que, definitivamente, no les perjudica ni aquí ni con la también semimelódica “Subversion”, en la que Lou Barlow de Dinosaur Jr. y Sebadoh aporta también su granito de arena.
No cabe duda de que, a pesar de todo lo dicho, en esta nueva obra estamos escuchando única y exclusivamente a Touché Amoré. A los mismos que grabaron “Is Survided By” (13), “Stage Four” (16) y “Lament” (20). “Finalist”, “The Glue” o esas ráfagas instrumentales tan milimetradas como caóticas del primer minuto del cierre “Goodbye For Now”, con la eterna amiga Julien Baker de regreso como colaboradora dándonos algunos ratos calmosos extra de calidad tanto como vocalista principal como de corista.
Puede ser que en ciertos momentos parezca que Touché Amoré estén abriendo un poco sus horizontes para prepararnos para un futuro quizá más enfocado en un post-hardcore que deba más al rock alternativo, pero ese momento todavía no ha llegado y es muy posible que, si ocurre en algún momento, pasen unos cuantos años más. No nos adelantemos y disfrutemos de la envidiable estabilidad de un grupo que no ha perdido en absoluto la gracia y que sigue totalmente en forma.
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