Quizás tú, que te has parado a leer esta reseña, sintieras la punzada de lo imprevisible al escuchar la descarga de agresividad y perfección técnica de “Calculating Infinity” de The Dillinger Escape Plan, o el absoluto control metálico de Converge en cualquiera de sus discos. Quizás incluso has estado al borde de las lágrimas con cualquiera de los estribillos perfectos de las canciones de “Bleed American” de Jimmy Eat World. Todos estos son discos comparten una característica común, porque albergan mucho más en su interior de lo que una primera escucha podría sugerir. “Lament”, el sexto largo de Touché Amoré es otro de estos, un álbum que va creciendo con cada escucha. Debería estar destinado a convertirse en un clásico dentro de la discografía del grupo californiano y, si me apuran, del post-hardcore de la presente década.
En el salto cualitativo que supone este trabajo para los de Jeremy Bolm, su cantante y líder, ha tenido mucho que ver la labor de Ross Robinson como productor. Para aquellos que no reconozcan este nombre, baste con decir que es la persona tras el éxito de los mejores trabajos de Slipknot, Sepultura, Limp Bizkit, Korn o nuestros Berri Txarrak. Un productor capaz de lograr un sonido agresivo que, sin abandonar lo que hace únicos a cada uno de estos artistas, cale entre un público más amplio y no necesariamente centrado en los sonidos metaleros.
“Come Heroin” abre el disco de manera inmejorable, anticipando todo lo que está por venir. Voces rotas, guitarras abrasivas y una sección rítmica inagotable nos levan a lo largo de algo más de media hora por un torbellino de agresividad sonora, perfecta vía de escape emocional. Hasta llegar a “A Forecast” (la canción que pone broche de oro con su inicio a voz y piano y final eléctrico), caben destacar puntos álgidos como el estribillo a corazón abierto de “Reminders”, los justificados cinco minutazos de “Limelight” o las guitarras evocadoras y el estribillo de oh-ohs de “A Broadcast”.
La combinación de una producción de calidad y una colección de canciones emocionantes y con gancho es lo que hace de este un trabajo tan especial. Las letras indagan en el dolor y la necesidad de pertenencia a una comunidad, en la pérdida de seres queridos y los altibajos de la amistad duradera. El conjunto, en fin, merece un puesto de honor en las vitrinas lo mejor del rock de la presente temporada, y debería marcar un punto y aparte en la trayectoria de Touché Amoré.
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