Dice Tote que con los años se ha vuelto menos purista, que la edad le ha enseñado a abrirse a nuevos sonidos y buscar retos sobre otros ritmos. Dicho y hecho, pues en este disco nos encontramos al de Alcántara más “Toterreno” que nunca; se atreve sobre bases de trap, de flamenco (aunque esto ya lo había hecho antes) e incluso de reggae (apoyándose en Morodo), y además lo hace sin despeinarse, con la misma facilidad con la que fluye por su rap de toda la vida, donde el hip hop clásico y el rock eran hasta ahora su mayor influencia.
Algunos momentos de este “78”, en el que participan hasta once productores diferentes, nos evocan al genial Tote de “Un tipo cualquiera” (escúchese “No soy sotisficao” producido por Acción Sánchez) y otros nos muestran una nueva versión más cercana al rap moderno como en “Alfonso Díez” (junto a Jotandjota), siempre manteniendo el estilo y el sonido marca registrada Tote King. Variedad en los sonidos aunque no en cuanto a textos, en los que el sevillano mantiene la acidez y el ingenio de antaño, mezclando siempre humor y crítica, algo innegociable para Tote.
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