Decían Fuckaine en una entrevista previa al disco que les había divertido leer una mala crítica en la que les reprochaban “sonar a todo”. Y es probable que todo el mundo pensase que ese sería el camino a seguir por el dúo madrileño para su debut. Pero Tábata Pardo y Fran Meneses eligieron la opción B: ni rastro de los primeros y efectivos singles del grupo en el disco, poco de ese aroma a pop veraniego de “Summer Songs For Summer Kids”. Entre concursos ganados y festivales, la pareja ha tenido a bien no publicar por simple inercia y se ha estrujado los sesos para darle la vuelta al sonido de su primer largo. Y fruto de ese encomiable salto mortal, Fuckaine han conseguido sonar, para bien o para mal, a Fuckaine. “Totally Contagious” es un cóctel chirriante de guitarras altas, sintes esquizofrénicos y voces tensas, quizá no apto para todos los públicos en un primer vistazo. Pero, a la vez, extremadamente adictivo, intenso, contundente en la producción y rebosante de frescura.
“Totally Contagious” es un chute del que te quieres apartar pero no puedes. A través de doce canciones, Fuckaine pasan por su prisma todas aquellas referencias a las que se acercan sin quemarse, sea en su vertiente más noise (“Cristales”, “Bionic Lobsters”), o desde la pista de baile, a ratos abrazando el horterismo de los ochenta (“Playground”) o jugueteando con el post punk de Orange Juice y compañía (“Get Fit”). Un discurso que terminan de fundamentar en el tridente “Rockin Down Sundown”, “Thnk U” (que bien podrían servir de cabecera a cualquier serie policíaca), y “Kahuna”, donde los madrileños son más reconocibles y menos dispersos. Al final, un disco con el que Fuckaine cumplen a rajatabla su frase estrella: “No sé si me da asco o me encanta, pero he pagado por ello y tengo que consumirlo”. De buena gana, además.
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