Tomorrow's Modern Boxes

El presente más inmediato ofrece al músico con ganas nuevas formas de distribuir su música, tan sólo hay que tener la voluntad de superar los inconvenientes de un mercado que, por mucho que se empeñen, las majors, tan sólo se transforma, no ha desaparecido.

En el caso que nos ocupa, Thom Yorke ha decidido distribuir su segundo trabajo en solitario al margen de Radiohead a través de la plataforma Bittorrent, en un claro ejemplo de “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. El usuario sigue pagando por la música, y el autor se mantiene como único propietario de la obra grabada y de sus beneficios.

Producido por Nigel Godrich (casi el sexto miembro de la banda de Oxford), ‘Tomorrow´s Modern Boxes’ es “un experimento” que sabe a poco, pero que tiene validez como muestra del que los tiempos están cambiando. Creas un disco, lo grabas y lo sacas. Así de fácil, o de difícil. Es un disco corto, muy cercano a la electrónica más experimental, en el que Yorke se ha permitido el capricho de experimentar con beats y glitchs mucho más allá de lo que sus fans hubieran deseado.

No es fácil de escuchar y el interés decáe a medida que avanza el segundero, pero una vez dentro, sorprende por la cantidad de matices en piezas como “The Mother Lode”, casi seis minutos de ecos, loops y ritmos rotos, o en la deconstrucción del instrumento en los pianos de “Pink Section”. Las voces se mantienen a lo largo de todo el álbum en segundo plano, y los estribillos brillan por su ausencia.

Despojado voluntariamente de su pose de rock star, las texturas toman la delantera(“Interference”) a los beats (“There´s no ice (for my drink), en un sano ejercicio de renuncia a la autocomplacencia. Hubiera sido fácil repetir esquemas evitando el riesgo, a pesar de que los arreglos no son especialmente complejos, pero los 39 minutos del álbum cumplen su función y deben ser entendidos en su contexto: “esto es lo que hago justo en este momento”. Y bajo ese concepto, es un trabajo realmente interesante.