Cuando hace unos meses apareció la noticia de que The Knife estaban
tramando una electro-ópera inspirada en los hallazgos darwinianos ya suponíamos
que poco o nada tendría que ver con los espectáculos elitistas de alta
alcurnia. Con la colaboración de Mt. Sims en buena parte de los cortes (y de
Planningtorock en dos temas guturalmente naturalistas), los suecos han
facturado un arriesgado compendio experimental de dificultosa digestión incluso
para aquellos fans acérrimos que se abrazan a su intachable trayectoria como si
la vida les fuera en ello. Compuesto de dos compactos (a modo de actos) los
hermanos Dreijer en la primera parte del álbum consiguen ponernos las cosas más
que difíciles explorando su faceta más ambiental. Las óperas, aunque sean
electrónicas, no están al alcance de todos. Pero esa vaga idea se esfuma en la
segunda parte, donde cortes como “Colouring Of Pigeons” (donde la inconfundible
Karin hace su único acto de presencia), ese atisbo de baile minimalista que
supone “Seeds” o el inconfundible sello sonoro de la casa incrustado en “The
Height Of Summer” nos dejan un buen sabor de boca, al fin y al cabo, en este
atípico paréntesis creativo del dúo.
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