Agustisimísimo
DiscosTomasito

Agustisimísimo

8 / 10
David Pérez Marín — 08-03-2023
Empresa — El Volcán
Género — Flamenco

¡Por fin! "pataíta" a los nubarrones y malos momentos con esa genuina alegría de vivir, nerviosa y contagiosa como pocas, made in Jerez… ¡Por fin! el séptimo trabajo de estudio del gitano más flamenco y marciano de la galaxia, “Agustisimísimo” (23) de Tomasito. Trabajo que comenzó a fraguarse en 2019 y que se ralentizó por la pandemia. Así que estas diez canciones se han cocinado a fuego lento, como los potajes de berza y pucheros con hierbabuena que desprenden sus aromas por las ventanas de Santiago a la Plazuela, mezclándose con el azahar de los naranjos de las calles.

“Porque yo quiero vivir orbitando en la galaxia, / siempre tengo a donde ir, donde vaya tengo casa”. Esta oda a las pequeñas cosas, a, como canta en “Mi barrio”, “la vida son los detalles”, despega rebosante de compás y alegría, con la nave espacial que va “De Jerez a Plutón”, dedicada al gran Miguel Benítez, cantante, compositor y guitarrista de Los Delinqüentes, que tan tempranamente nos dejó, pero que su espíritu sigue iluminando más que mil soles. “Con los marcianos me junto yo, /desayunan setas por las mañanas, / que pedazo de colocón. / Aquí soy feliz, no me falta ná, / y llevo una semana”. Arropado por la familia garrapatera: los ex-Delinqüentes Rafael Ramos (percusión y coros), Manuel Morilla (coros) y Daniel Quiñones (coros y bajo), y junto a la cantaora jerezana Tomasa Peña (coros), la guitarra flamenca de Paco Castro, y la batería del también productor Lele Leiva.

Ha pasado casi una década desde aquel último largo de estudio en solitario, “Azalvajao” (13) y, entre medio, numerosas colaboraciones, giras y un grandes éxitos, “Ciudadano gitano” (17), con nueva canción incluida, “Libre y a mi manera”. Y así sigue Tomás Moreno Romero, Tomasito, bailando y cantando por el lado salvaje, libérrimo y a su manera. Del revisitado himno “El vino y el pescao”, de aquellos superhéroes de barrio con los que hizo equipo en el super grupo G-5 (Kiko Veneno, Muchachito Bombo Infierno y los Delinqüentes Ratón y Canijo), a la gamberra, en tiempos de maquinitas electrónicas, “La makinita”, rumba-bacala con mucha guasa y cachondeo, pasando por la verbena de felicidad sin pausa de “Los bares”, donde “la vida se pasa mucho mejor”, donde la vida “se ve de otro color”.

“Disfrutón de la vida” y buscavidas gozoso de profesiones multicolores, más camaleónico que Bowie en “Profesiones relevantes” de las que podría vivir: “Pastor de nubes, conductor de dragones, / confidente de las flores, contador de las estrellas, / observador de los vientos, / cuidador de los buenos momentos, / comentarista de candelas, / técnico al instante…”. Y si los cuerpos decaen a altas horas de la madrugada después de tanta fiesta, nada mejor que repartir caldito rumbero por los bares de Lavapies a todos “Los muertos vivientes”.

El más poliédrico, divertido y mutante de los bailaores-cantaores, único en su especie, con el flamenco, el rock y la inspiración por bandera, a medio camino de Frank Zappa, Lola Flores y Fred Astaire, puede pasar con la misma frescura y pellizco de los ritmos reggae y soleados de “La Zalamera”, a arrancarse por bulerías con “Mentira es” o terminar meciéndonos con la suave flamencura de “Gente guapa”.

En“Agustisimísimo” nos reencontramos con el Tomasito más flamenco, uno de esos artistas irrepetibles que, si no existiera, habría que inventarlo.

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