Todo va bien
DiscosTigres Leones

Todo va bien

8 / 10
Raúl Julián — 21-02-2023
Fotografía — Archivo

Desde un efectivo segundo plano y casi con toda seguridad sin pretenderlo, resulta que Tigres Leones han llegado a convertirse en un grupo relativamente clásico, indiscutiblemente encantador y, desde luego, muy querido dentro de la escena patria. Es la sensación que genera el presente retorno a escena de la banda, con el que es cuarto álbum de su carrera tras “Mucho Spirito” (Sonido Muchacho, 15), “La Catastrofía” (Sonido Muchacho, 15) y “El año de la victoria” (Sonido Muchacho/Gran Sol, 17). En realidad, “Todo va bien” toma el testigo de aquel split compartido con los amigos de Petróleo que vio la luz en 2019 y, sea como fuere, lo cierto es que ha pasado un generoso periodo de tiempo sin nueva música del cuarteto.

Suficiente como para comprobar, en base a las bonanzas del presente elepé, que la desprejuiciada manera de entender el pop de Tigres Leones sigue resultando un bálsamo infalible con el que tintar las grises rutinas existenciales. La nueva referencia del combo viene cargada de colaboraciones protagonizadas por colegas y simpatizantes, en una lista que abarca desde Tulsa a Marcelo Criminal, pasando por Estrella Fugaz, Medalla, Marta Movidas, Caliza, María BenPer y Andrea Buenavista. Nueve canciones con una narrativa especialmente poética y descriptivamente costumbrista, que se abren con esa marcada línea de bajo que da paso inmediato a una melodía incontestable marca de la casa, concretando la pegadiza declaración de intenciones que es “Creo que empiezo a ver la luz”.

Una vez abierto el fuego y a continuación, llega el turno de “Vuelvo al mar” –una de las gemas del lote sita en algún lugar entre Family, La Buena Vida y La Costa Brava– y la también irresistible “Prosperina”. Por su parte, “Lo digo por ti” es un anti-himno que muchos adoptaríamos como filosofía, mientras que “A banda” es una preciosa canción (con Tulsa) que inunda de luz la escucha. “Todos los santos” cambia la tendencia al ofertar un perfil más oscuro y enrevesado, en una secuencia compuesta por la engalanada “Viernes noche en casa”, o la tan desconsolada como romántica “Los cerezos los almendros”. Por su parte, “México 86” funciona como crónica deportiva del aquel mundial grabado en la memoria colectiva de muchos y que, a su vez, sirve como cierre en pleno acercamiento al shoegaze.

Bajo cáustico título (y espectacular portada a cargo de Beatriz Lobo), “Todo va bien” es un disco preferentemente directo y con mayoría de singles potenciales, además de elegante y bien construido en torno a sus propias especificidades. Un trabajo que, por momentos, podría ser la entrega más descaradamente pop del grupo, si bien cabe entenderse al mismo tiempo como optimista, pesimista, realista... o irónica, en una dualidad múltiple que no hace sino potenciar su atractivo. La entrega bien podría optar a mejor trabajo de Tigres Leones hasta la fecha, asentados ya como están y sin nada que demostrar, pero al mismo tiempo cuidándose de no perder un ápice de frescura ni de esa chispa descarada que parece inherente a su propia personalidad artística.

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