Desde Compton nos llega uno disco que desde su publicación es un clásico instantáneo. Una obra maestra. Kendrick se rodea de los mejores productores del universo del rap y crea un disco difícil y complicado. Un trabajo redondo, pero lleno de aristas.
Lamar resucita la eterna polémica del racismo en Estados Unidos con un disco empapado de deep jazz, funk marciano y unas letras desgarradoras cercanas a la poesía spoken word más combativa. A pesar de las tropecientas colaboraciones el disco guarda una homogeneidad poco habitual en el género. George Clinton, Thundercat, Snoop Dogg, Rapsody y Assassin aportan brillo a un disco brillante como pocos. Lleno de matices, de detalles que van creciendo con cada escucha, un álbum que te atrapa y te sobrepasa. Se adueña de tu vida. “King Kunta” es pura droga. “These Walls” es puro Prince, pero del más inspirado. En “The Blacker The Berry” roza el old school más gangsta, pero con su clase le da una vuelta al género y Assassin y su Ragga te sacuden el cerebro. “To Bimp A Butterfly” es un poliedrico disco que reúne todos los estilos musicales de la black music de la historia. Lamar los reúne, los engulle y tras una digestión inspiradísima nos devuelve un género nuevo, uno que solamente él practica. “U” es dura, pura poesía Beatnik.
Con veintisiete años, Lamar ha parido su segunda obra maestra y deja en ridículo a muchos. Bases simples, pero sabrosas, bajos vitaminados, y mucha clase, mucho jazz y un MC que escupe rimas a una velocidad vertiginosa a la vez que con una elegancia jamás vista. “Alright” es la mejor muestra. “How Much A Dollar Cost?” es bella, una preciosa patada en la boca del sistema. Fantasmagórica. Llevo días con “I” en mi cabeza y no me importa, porque es una canción así merece llegar a todo el mundo posible.
Tras los mandos y en la producción, Sounwave nos brinda un broche dorado a un disco que brilla como el sol. Kendrick se explaya en los doce minutos de “Mortal Man” sobre un ensoñador collage sonoro. Me sorprende el éxito de ventas de Mr. Lamar, un millón de copias en dos semanas está a día de hoy a la altura de muy pocos. Pero él es el Elegido. El verdadero puto amo.
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