He de ser sincero: no esperaba mucho de este disco, teniendo en cuenta que al ex The Stone Roses y ex The Seahorses no le había salido nada inspirado desde 1989 (sí, cuando debutó con “The Stone Roses”). Que ahora le diera por cantar me hacía temer que sucediera como cuando a Ian Brown le dio por coger la guitarra para hacer tres intrascendentes discos. Daba miedo, o más bien desinterés. Me alegro entonces de que el disco suene sin fisuras, aunque el genero predominante sea el rock americano (recordemos el fallido y triste intento de “Second Coming”) y Squire parezca un resentido cantautor aferrado a su acústica con un pie en Bob Dylan y otro en Neil Young. Pero funciona. Ni engaña (que ya es mucho), ni se exhibe. Además ofrece canciones interesantes (“Transtlantic Near Death Experience” es una de ellas) y sugerentes y ácidas instrumentaciones finales en temas como “Time Changes Everything”. Su rica experiencia puede devolverle algunos de los méritos que consiguió en el pasado como guitarrista y compositor de la banda mancuniana. Este es un buen principio. Por fin.
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