Retrofuture

Agazapado tras el nombre de Tiger Army sigue Nick 13 haciendo disfrutar a todos aquellos amantes del rock and roll, el rockabilly, y hasta el psychobilly que decidan acercarse a sus discos. En 2016, tras nueve años en silencio, retornaba con un muy buen trabajo llamado “V”, al que daría continuación ya el año pasado el EP “Dark Paradise”, en el que mostraba que su fórmula, marcada por los oldies pero también el punk, no tenía visos de agotarse, después del hiato que lo mantuvo nueve años desaparecido. Cierto es que en ese período sacó un disco con su propio nombre que, para qué negarlo, hubiera encajado perfectamente en la discografía de su banda, a fin de cuentas un proyecto personal. Y es este elemento el que vale la pena no pasar por alto, la personalidad de Tiger Army. No podemos negar que hacen lo de siempre y como siempre en este tipo de bandas, pero a su vez son capaces de sonar personales y únicos.

Nick vuelve a mostrarse tiquismiquis en el número de canciones, trece como siempre, y es que por algo ese es su nombre de guerra. Pero, además, me da la impresión que ha estado escuchando más que nunca a bandas como mis admirados Parasites, y si no lo creen pínchense “Sundown” y díganme que no suena todo a Dave Parasite y sus compinches. No pierden, eso sí, la sana costumbre de incluir un par de instrumentales para dar respiro al oyente, y tampoco de abordar todos los sonidos que ilustran su paleta de influencias. Ya sea el surf de “Beyond The Veil”, el punk psychobilly de “Eyes Of The Night” o el sonido fifties y pop de la deliciosa “Valentina”, sin duda una de las grandes canciones del año. Para colmo, me ganan con el toque fronterizo que da el introducir una canción en castellano como “Mi amor la luna”. Lástima que sea casi imposible plantearse el verlos por aquí. Porque disfrutarlo lo haríamos un rato.