Hay grupos a los que uno no presta la atención que merecen por despiste o simplemente por razones peregrinas que de tan tontas ni siquiera vale la pena enumerar aquí. De ahí que este humilde cronista entone el mea culpa al haber dejado pasar el primer disco de Klaus & Kinski, un debut que ya apuntaba maneras y que dejaba bien claro que los murcianos eran mucho más que otro grupo más de indie español. En su segundo esfuerzo, la banda liderada por Alejandro Martínez y Marina Gómez mejora todo lo mostrado en su estreno para convertirse, desde ya, en uno de los grupos de pop más gigantes de nuestra piel de toro. Y es que las catorce canciones que forman “Tierra, trágalos” no solo son increíblemente buenas, sino que funcionan como un cautivador, fresco e inspirado paseo por el pop que más han querido y querrán Alejandro y María. Saint Etienne, Pulp, My Bloody Valentine, Dinarama, Le Mans, La Buena Vida, Juniper Moon y Vainica Doble, entre otros, se dan cita en un disco que convierte el paseo en una fiesta personal (los textos de los murcianos son brillantes, únicos e inocentemente punzantes) y sentida llena de hits emocionales (“Mamá, no quiero ir al colegio”, es una cima absoluta el pop patrio reciente).
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.