Primera observación: son más ingleses que el té de las cinco. Y de la facción arty, además. Parecen haber tomado sobre sus hombros el deber de pervertir, bastardear y modificar todos los géneros puestos a su alcance (trompetas sesenteras, beats de hip hop, un sonido de guitarras casi hardcore) para construir con ellos un sonido tan reconocible como poco clasificable.
Segunda observación: saben hacer canciones. Porque, afortunadamente, en "Thunder Lightning Strike" abundan el desparpajo y las melodías por encima de ese “soy más listo que tú” en el que suelen caer otros experimentos similares, contando además con tonadas aspirantes a la condición de éxito instantáneo: sin ir más lejos, “Junior Kickstart” (¡menudos vientos!) y, sobre todo, “Huddle Formation” y su estribillo interminable y mágico.
Tercera observación: son divertidos, y mucho. Nunca se apartan de la obediencia debida al baile, y en sus canciones las sorpresas, en forma de ataques de scratching o de erupciones de ruido industrial, sirven sólo para reforzar su condición de music for parties con fondo gamberro. Un disco sorprendente y recomendable: no se lo pierdan.
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