This Is What We Do
DiscosLeftfield

This Is What We Do

7 / 10
Fran González — 02-01-2023
Empresa — Labels/Virgin
Género — Electrónica
Fotografía — Archivo

Quizás sea ese contexto específico de siete años de diferencia entre su anterior trabajo (“Alternative Light Source”) y su actual aporte, el hecho de que Neil Barnes superase con éxito su cáncer de colon durante este hiato de tiempo, o simplemente que la habilidad innata de esta dupla londinense para trasladarnos de vuelta a la catarsis electrónica más liberadora continúa vigente y sin un ápice de flaqueo, a pesar de sus más de tres décadas al frente de su cometido. Pero lo que es irrefutable es que “This Is What We Do”, el cuarto disco de estudio que firman Leftfield, es una maravilla que desde el espíritu comunal que su propio título infiere es capaz de ayudarnos a encontrar la emoción y el sentimiento entre beats y nervio, permitiéndonos que canalicemos y expresemos nuestras más ocultas sensibilidades a golpe de tralla desenfrenada.

Reinvenciones las justas, que se noten esos treinta años de carrera (aun con interrupciones, pero ahí están en la hemeroteca) en los que al dueto poco o nada le ha hecho falta experimentar o degradar su fórmula. Fieles a un sonido que oscila entre el house progresivo y el techno más paisajista, Barnes y su compañero de batallas, Adam Wren, demuestran que la calidad prioriza sobre la cantidad y que por algo su discurso ha marcado con influencia y sello el devenir de otras muchas propuestas coetáneas de similar corte.

Una querencia a lo conocido, que nos remitirá sin remedio a esos hangares abandonados y conquistados por jóvenes que en los 90s bailaban durante interminables horas, así como su natural inclinación a rehuir de modas de quita y pon, no les hace, sin embargo, ser ajenos a lo que bulle en el meollo actual, como bien demuestran, por ejemplo, invitando a cantar a Grian Chatten de Fontaines D.C. en “Full Way Round”, una de las piezas principales del álbum que hará las delicias de los amantes de la electrónica más pesada y distorsionada al puro estilo de The Prodigy. No obstante, donde la pareja consigue tenernos en su mano es en esos pasajes de corte hipnótico y caleidoscópico que progresan de forma binaural en nuestra mente, con compases tubulares (“City Of Synths”), samples (“Making A Difference”) y bucles de euforia y bajos graves (“Pulse”) con los que alcanzan el fin más preciado de cualquier lanzador de beats que se precie: enfrascar a su audiencia en una lluvia de cadencias confusas que la abstraigan del verdadero ruido externo.

Desde ritmos machacones y reducidos a la mínima expresión de la textura (“Accumulator”), hasta panorámicas crecientes que se expanden a través de diversos pasadizos ocultos (“Heart And Soul”), pasando por trazos cinemáticos y oscuros de reggae y dub tratado que eclosionan en un sino de tórridas y pasionales notas (“Rapture 16”), este “This Is What We Do” contiene a su vez las dos caras más definitorias del hacer de la banda. Incendiarios y viscerales, pero emotivos y conmovedores a su vez y en su justa forma, combinando sutilmente y sin perder la fidelidad, una variedad controlada de diversas influencias y sonidos de corte retro que logran congelar el tiempo y hacernos sentir que el paso del mismo es del todo relativo cuando la electrónica procesa calidad y estilo propio.

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