Debería existir una ley que únicamente justificase los álbumes de remezclas y descartes solamente cuando un elevado tanto por ciento del minutaje resultase lo bastante atractivo como para disfrutar del conjunto. A partir de ahí, un jurista debería subrayarnos que no, que “Things Falling Apart” no justifica lo suficiente su lanzamiento.
Solo que esa ley no existe y debemos valorar el halo sixteen de NIN por lo que es: una excusa para mantener a Trent Reznor en el candelero. Y es que “Slipping Away” o “The Great Collapse” -interesantes ambas- merecían ver la luz, incluso la particular relectura que los de Reznor han hecho del “Metal” de Gary Numan -está empezando a hacerle falta un relevo a versionear-. Pero difícil resulta disfrutar con propiedad del resto de canciones, deformaciones todas ellas de cortes incluidos en “The Fragile” y pasadas por el filtro de Alan Moulder, Dave Ogilvie, Keith Hillebrandt, Adrian Sherwood o los propios Reznor, Lohner y Clouser, primero por la excesiva duración del disco, segundo por la falta de sorpresas (Dave Ogilvie se lleva el galardón por su marcianada gabber a propósito de “Starfuckers Inc”) y tercero porque uno empieza a estar harto de este tipo de artefactos.
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