Nadie apostaba dos viandas por Dave ´Snake´ Sabo, Rachel Bolan y Scotti Hill cuando, tras un irregular pero meritorio “Subhuman Race” (publicado en 1995), el vocalista e imagen de la banda Sebastian Bach abandonaba la nave de Skid Row para dar vida a sus proyectos individuales.
No se equivocaban. “Thickskin” parece haber agotado definitivamente los cartuchos de inspiración que convirtieron sus dos primeros largos en obras de referencia del hair metal de finales de los ochenta, primeros noventa. Ya no cuentan ni con el carisma de Bach ni con el respaldo mediático al género, que en su caso ha acabado derivando hacia un metal post-grunge a la Creed (en el mejor de los casos), competente y resultón pero redundante y contextualmente innecesario. Temas como “Ghost”, “Born A Beggar” o “Thick Is The Skin” conservan una cierta calidad, pero se alejan demasiado de los parámetros que envuelven la marca Skid Row como para que cobre sentido el seguir manteniendo ocho años después el nombre del grupo. Mención aparte merece el remake punk tan insulso como insultante que la banda realiza de “I Remember You”, probablemente su power ballad más clásica.
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