Debut en forma de Ep con cinco canciones del cuarteto donostiarra Thee Eliam, que cuenta un inicio peculiar cuando el músico de Seattle Liam Barksdale y la donostiarra Elissa Anaut fundan el grupo, tras conocerse en el verano de 2022 en un concierto de Paja en la capital gipuzkoana. En dicho grupo tocaba la batería Javier Vallejo, que se incorpora al proyecto. A los pocos meses, se completa con el californiano Michael Ashby, amigo de la universidad de Liam, que había llegado de visita con su bajo Fender como equipaje. Eli, voz, letras y percusiónes, se inició musicalmente con FdFunk y el rap. También pasó una temporada en Ibiza y Barcelona, vinculada a los recitales de poesía cantada.
Liam, (compositor, letrista, guitarra, teclados y voz) tocó mucho tiempo en la banda de Seattle The Drove, quienes hace un par de años abrieron para Mudhoney en su gira europea. También estuvo en la banda de ska Easy Big Fella, con la que giró por Australia, Brasil, Canadá y USA, y Natalie Wouldn’t, formación de ska y rocksteady. Javier (batería y letrista) tocó además de Paja, con Los Nerviosos y Oskar Benas, y ahora simultanea con Bobbi Relac. Miguel (bajo), estuvo en la banda de country White Limozeen y en la de punk-pop Karate Dog. Además tocaba el violín y el saxo. Esta mezcla de culturas y trayectorias, influencias musicales y experiencias vitales hace del grupo lo que ellos definen como ‘Amerikana Txikidelik Garage-Rock’.
"The future is the sand" es ese Ep con el que se dan a conocer. Grabado, mezclado y producido por Lemy River (Peachy Joke) en sus estudios ARAX de Tolosa, donde piensan volver en breve con otro lote de canciones, se inicia con "Luffing". Un medio tiempo con el poso de los teclados y la segunda voz femenina, que gana intensidad en su parte final. "Silverface" comienza más acelerada, desembocando en un duelo entre guitarras y teclas que remite al southern rock. Hasta ahí uno se imagina una banda orientada hacia un rock americano clasicista y robusto. Sin embargo el disco da un giro y no deja muy claras las intenciones del grupo. "Sólo Txiki me come", donde pasan del inglés al castellano con la voz de Eli, se presenta como un tema lascivo y nervioso con punteos old school e impulso punk. "La botella vacía", que proviene de los dos americanos en su etapa Black Clothes Pointy Shoes, desconcierta con su aire de desgarrado tango rockero. Finalmente "No matter how sunny" retorna al rock americano y el espíritu del inicio del disco. Tomemoslo sólo como un inicio.
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