Si atenemos solo a la forma, pocas cosas han cambiado en la deriva que Neko Case tomó en “Fox Confessor Brings The Floor” y remató con su anterior álbum “Middle Cyclone”. Si nos vamos al fondo, vemos que este álbum ha sido una especie de purga existencial para su creadora. Tras la muerte de sus padres, con los que no tenía una gran relación, y también la de su abuela, a la que sí se sentía muy unida, la cantante cayó en una depresión que ha ido aflorando en los surcos de este disco. Por eso nos encontramos ante su obra más confesional y privada, y por ello, también, la más compleja y difícil de asimilar. Claro que, como suele suceder en este tipo de trabajos, cuando vienen avalados por un gran artista, si te adentras puedes encontrar auténticas joyas inéditas en el devenir de su vida. Maravillas compartidas que te dejan boquiabierto por el fondo y por la forma. No es este un disco fácil, pero sí es un disco importante para la artista, también para sus seguidores. Los mismos que se emocionaran con esa canción a capella que es “Nearly Midnight, Honolulu”, la delicada “Afraid” o ese tema a lo Wilco que es “City Swan”.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.