The Exit Garden
DiscosThe Wizards

The Exit Garden

8 / 10
Sergio Iglesias — 26-03-2024
Empresa — High Roller Records
Género — Hard Rock

Mucho hemos echado de menos a The Wizards en estos seis años, que habían pasado desde su anterior “Rise of the Serpent”, con el que confirmaban su nivel y su estatus en el metal estatal, tras las buenísimas sensaciones que nos dejó “Full Moon in Scorpio”, el disco que les puso en el sitio que se merecían por calidad.

Así que, tras una pandemia que cortó el ritmo vertiginoso y ascendente que llevaban, ahora llega “The Exit Garden”, cuarto trabajo de la banda bilbaína, publicado de nuevo por el sello alemán HR Records, y en el que siguen transitando su camino dentro del heavy y el hard rock clásicos.

En esta ocasión, han prescindido de Dean Rispler, para realizar ellos mismos el trabajo de producción, en los pequeños estudios de Slippery Studios de Medina de Pomar, con un resultado excelente. Sonidos duros y rotundos en un disco con desarrollos largos, especialmente en temas como el inicial, y que da título al elepé: “The Exit Garden”, o “Questions”, con una introducción lenta que va acelerándose hasta darnos los mejores momentos del lote, con los duelos de guitarras y ese aire de heavy clasicote que se respira hacia la segunda mitad del tema. Entre las composiciones más extensas, también está “Full Moon Scorpio”, el auto homenaje que la banda ha querido hacerse, recordando aquella época dorada cuando sacaron el disco del mismo nombre, en el que, curiosamente, no había ninguna canción con ese título… pequeñas locuras que nos –y se- regalan The Wizards.

Otro de los temas estrella de “The Exit Garden” es, sin duda, “Oniros” que saliéndose de los parámetros habituales de sus anteriores discos, aporta unas melodías oníricas iniciales, para desarrollarse en una senda guitarrera más cercana al stoner, y que no desentona en el estilo habitual y particularísimo de una banda con una personalidad propia arrolladora.

El hard rock más clásico lo encontramos en “Holy mountain Mind”, y en “Equinox of fire”, mientras que también hay espacio para composiciones más oscuras como “Crawling Knights”, un rock pesado que precede a “Dawn of another life”, con la que cierran, en un formato desnudo, sin bajo ni batería, un disco sobresaliente, en el que los bilbaínos, sin complicarse en absoluto con arreglos innecesarios, vuelven a dar en el clavo, en la complicada misión, en la que llevan empleándose más de una década, de crear un grupo con una identidad propia, sin salirse demasiado de una línea marcada por su pasión por los sonidos más clásicos.

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