The Whole Love
DiscosWilco

The Whole Love

8 / 10
Don Disturbios — 22-09-2011
Empresa — dBpm/Anti
Género — Rock

Tres discos empieza a ser una cantidad más que suficiente para empezar a valorar, con algo más de fundamento, la nueva etapa que se abrió en el grupo de Chicago tras la llegada de Nels Cline para hacerse cargo de la guitarra solista. Una perspectiva que nos indica que en general una parte de la crítica, entre la que me incluyo, fuimos algo duros con “Sky Blue Sky” (2007), incapaces de digerir la marcha de un personaje con un peso tan específico como Jim O’Rourke, justo en la etapa más determinante de Wilco, la del salto cualitativo en popularidad, prestigio y fama. Tras auténticas barbaridades creativas como “Spiders” o “Hummingbird” no se supo enjuiciar un disco con gemas igual de maravillosas como “Impossible Germany” o “You Are My Face”.

Con “Wilco (The Album)” ya habíamos realizado el duelo y aceptado la deriva de un grupo más hecho y conjuntado que nunca, pero a pesar de canciones excelentes como “One Wing” o “I’ll Fight” seguíamos echando de menos la clarividencia de clásicos como “Jesus etc”, “Via Chicago” “Shot In The Arm” o “I’m Trying To Break Your Heart” más tantos etcéteras. Ahora la nueva etapa, ya no es tan nueva. Ya nos hemos familiarizado con los agudos y clarividentes punteos de Nels Cline y también con la apocada madurez compositiva de Jeff Tweddy. Nos hemos familiarizado tanto que ya no pedimos que cambie radicalmente nada, y menos que experimente o se meta en derroteros que posiblemente no le llevarían a ningún lado. Acomodados, pues, en una situación de privilegio y alejados de la americana inicial para desbrozar su rock de autor puramente genuino, el nuevo trabajo no decepciona. Y en cierta medida no lo hace porque ya hemos aceptado todas las cosas que he enumerado antes y porque transcurre por el reproductor de igual manera que los dos que le precedieron: sin demasiados altibajos, sin canciones que provoquen rechazo, sin salidas de tono. Al contrario. El disco se inicia con una maravillosa barbaridad que nos hace cobrar unas esperanzas que luego acaban por diluirse un poco. “Art Of Almost” cumple la misma cuota que cumplían canciones como “Spiders” o “Bull Black Nova”, la cuota del rock duro alternativo que tanto nos gusta a los que nos empeñamos en seguir considerando a Wilco como una banda de rock. Solo por este tema inicial la escucha de su trabajo merece la pena, solo por la "zeppeliana" explayada de Nels Cline con su guitarra, ya merece todos los premios cosechados a lo largo de su carrera como instrumentista. Claro que lo malo de poner el listón tan alto desde el inicio es que luego hay que mantenerlo y uno debe capear cierta desilusión de que el disco no continúe la senda de la mala leche. Y eso que “I Might” con un sonido a órgano farfisa que te recordará inevitablemente a los Doors mantiene el tipo, pero luego el tempo se relaja con canciones que buscan la emoción más bella como “Sunloathe”, pero sobre todo “Black Moon” que es, desde su susurro inicial, uno de esos temas que merece pasar a ser considerada desde ya uno de los más importantes de su carrera. Sin embargo en “Born Alone” y sobre todo “Dawned On Me” la banda bordea el pop vitalista y juguetón de la forma en que lo abordaba en “Summerteeth”, logrando en esta última un trabajo notable con silbido optimista de por medio. Tras una balada correcta con el clásico compás de tres por cuatro como “Open Mind”, surgen de nuevo los mejores Wilco con una vodevilesca “Capitol City” que enlazada con la saltarina “Standing O” que se erige en uno de los mejores momentos de un disco que vuelve a la ensoñación con “Rising Red Lung”, pero que recupera el pulso con una excelente “Whole Love” y un broche de gran altura con una acústica, delicada y crepuscular “One Sunday Morning” a la que solo cabe achacar lo excesivo de su duración.

Nos hallamos entonces ante un disco muy sólido que continúa la senda trazada en esta última etapa por la banda y que, pese a no agrandar la leyenda, va más allá de mantener simplemente el tipo pues aporta una nueva muestra de calidad y señorío a la hora de construir canciones. Unos temas que puede que no sean tan atemporales como los clásicos citados al principio de la reseña, pero que nos proporcionarán una inmensa alegría cuando sean llevados al directo. Un disco igualado y muy compensado en las diversas facetas de la banda, y por ello, es para el que esto escribe el mejor disco de los tres que marcan esta nueva etapa de la banda y eso pese a no contener de forma individual tan buenas canciones. Paradójico, pero cierto.

11 comentarios
  1. A mi Wilco no me gusta pero esto es una crítica con fundamento, como deberían ser todas. Valoración del conjunto, de las canciones, etc.

  2. Bien la crítica pero HAYAMOS, inicio del último párrafo, es del verbo HALLAR, y, por tanto, ha de ser HALLAMOS

  3. Don Disturbios 27 marzo, 2015

    cagada alea jacta est!!!... je je je... gracias amigo... corregido... eso me pasa por o repasar los textos,, seré perezoso!.. ja ja ja

  4. Prefiero Camela.

  5. buena crítica, pero... 'durada' es una catalanada de collons (¡hay para alquilar sillas!). supongo que será duración, no?

  6. Muy de acuerdo con la crítica, buen disco de uno de los grandes grupos del panorama actual. Enormes en directo.

  7. Art of Almost és una de las mejores piezas que Tweedy ha concebido en los últimos años!!!!!!!!

  8. De acuerdo con la crítica, muy certera. Y veo que, por fin, Sky Blue Sky empieza a ser considerado como el gran disco que es. Tuvo la mala suerte de salir tras el, para mi gusto, algo sobrevalorado "A Ghost Is Born".

  9. yo tambien prefiero camela

  10. Well, my youngest child is amlost one year old, and I am going to have to make myself give up my collection pretty soon. My oldest child is amlost seven, and he was the reason for me to immerse myself in ...

  11. That's really thikinng at a high level

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