The Weeknd tiene una brillante capacidad para construir hits limpios, accesibles, inofensivos y de fácil consumo. Es el producto perfecto para todos los públicos y su próximo reto es llenar todos los estadios posibles con su “After Hours Til Dawn Tour”. Pero, también vive en su propio bucle de sonidos ochenteros del que no quiere salir y con el que ahoga en multitud de ocasiones un talento especial que echamos de menos. Hasta nos hace dudar de sus posibilidades de crecimiento futuras.
Con “Dawn FM” vuelve a repetir su fórmula con total precisión, esa que ya se sabe de memoria. No hay ninguna intención de indagar en nuevos caminos sonoros, tampoco de recuperar sus raíces creativas y mucho menos de entregar el título de súper ventas. Porque, unido a todo esto, la estrella ha demostrado que necesita con todas sus fuerzas alimentar su ego a base de aplausos como si se tratase de aquel “Sin Cara” de “El viaje De Chihiro” al que todo el mundo trataba como un Dios dentro del balneario. Le cuesta aceptar las críticas y se ha convertido en un ser tremendamente ambicioso. Aún así, este nuevo viaje se podría considerar como uno de los proyectos más cuidados en los últimos años de su carrera. La incorporación de Daniel Lopatin, Oneohtrix Point Never, en la producción nos ayuda a poder comernos la misma tarta de siempre con más gusto. Le da un respiro y mayor coherencia al pobre trabajo electrónico de entregas previas y consigue, a pesar de no poseer grandes composiciones, disfrazar y maquillar piezas sonoras algo más interesantes a las que lanzó Abel en “After Hours”.
“Dawn FM” es un disco que en cierto modo conecta con el The Weeknd del pasado que tanto nos gustaba. Es la primera vez en mucho tiempo que le vemos verdaderamente realizar algún tipo de esfuerzo para que sus canciones vayan un poco más allá y no se queden en simples entregas pop de radio fórmula. Vuelve a explorar sus ya conocidas referencias sonoras, las estira e incluso se iguala a muchos de ellos en ciertos momentos de gloria. La pena es que también existe un lado del álbum que no es tan agradecido y nos induce en un estado de pereza continuo, poco esfuerzo, cero ganas de cambio y una fama disfrazada con grandes colaboraciones completamente desaprovechadas que nos llevan incluso a bostezar. Ni la incorporación de Lil Wayne en “I Heard You’re Married” consigue atraparnos lo suficiente como para firmar un sobresaliente. “You've been in the dark for way too long. It's time to walk into the light and accept your fate with open arms”, locuta Jim Carrey al comenzar el álbum como host de esa emisora de radio ficticia que aúna el espíritu del proyecto. Y es que “Dawn FM” supone para The Weeknd una especie de álbum de sanación y de asumir errores.
Es la primera vez que le vemos un lado más humano y aceptar que tiene parte de culpa en todo ese turbulento mundo amoroso que ha arrastrado siempre (“I'll always be less than zero. You tried your best with me, I know”). Una actitud que resume muy bien Quincy Jones en ese “A Tale By Quincy” en la que explica por qué ha saboteado sus relaciones de forma constante, declaraciones con las que se siente identificado (“Whenever I got too close to a woman, I would cut her off. Part of that was vindicative and partially based on fear”). Y es que sigue siendo su principal obsesión hablar del amor oscuro y prácticamente todos los temas están focalizados en relatar toda la toxicidad acumulada en su relación pasada y cómo le ha acabado pasando factura.
Como decíamos al principio, cuando quiere, Abel sabe construir temas con un poder asombroso. Y un ejemplo de ello es ese “Sacrifice” que le encumbra en el primer bloque de canciones del álbum de la mano de Swedish House Mafia y Max Martin. Un buen electro-pop con golpes funk que será lo más recordado de esta era junto con un acertado “Take My Breath” que amplía en duración y le da el peso que se merece dentro del proyecto. Por lo demás, también hemos podido disfrutar de ese dulce slow jam que es “Out Of Time” o incluso se podría decir que enganchado un poco al adictivo pulso seco que tiene “Best Friends”. Lástima que la literatura de todos estos temas sea tan tremendamente pobre. Y es que, nos da mucha rabia las oportunidades perdidas que vemos en “Dawn FM”. Cómo, por ejemplo, desplaza a Tyler The Creator en “Here We Go… Again” restándole protagonismo a su colaboración y lo poquísimo que brilla a su vez el trabajo de Bruce Johnston (The Beach Boys) en la canción. El álbum va perdiendo fuerza a un ritmo apabullante canción a canción y, tras varias escuchas, cuesta consumirlo entero sin pensar constantemente en la falta de originalidad y la repetición de beats. Si verdaderamente “Dawn FM” supone un carpetazo al pasado esperemos que con este álbum The Weeknd decida cerrar por fin una etapa sonora y opte por explorar nuevos horizontes. La oscuridad no nos molesta, nos gusta la luz si sabe tratarse bien, pero sí que echamos de menos un poco más de verdad y una autenticidad que se ha convertido en polvo.
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