Cuando las miradas de medio mundo musical se giraron hacia Nueva York, Oneida ya llevaban un tiempo, desde 1997, haciendo sonar su rock de múltiples y variadas influencias por Estados Unidos. Años después y sin haber conseguido más que un estatus de culto, “The Wedding” representa una fase más en sus recientes transformaciones.
El trío de Brooklyn entrega canciones sin principio y con muchos finales, tantos como mutaciones, en un viaje de imágenes psicodélicas sobre nubes de cuerdas. Pese a todo no es difícil reconocer a los fans de MC5 o Black Sabbath que demostraron ser en el pasado; simplemente han añadido color, romanticismo, corazón, algo de misticismo bien entendido – “Spirits”- y lo han envuelto para regalo. Dentro queda la energía de siempre, con las arrolladoras “Lavender” y “Did I Die” como mejor ejemplo. “Run Through My Hair” ensambla guitarras ruidosas con minimalismo, un experimento que se extiende por parte de un disco en el que tanto el arco iris como el exotismo no pueden esconder su lado amargo, la capa de tristeza que envuelve cada fiesta. Un triunfo del concepto.
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