Run Home Slow

Felice, Avett, Barr, Isley, Allman... la historia del rock americano está repleta de bandas integradas por hermanos que le dan -o daban- con mucha pericia a eso de interpretar canciones. Quizás por eso de crecer juntos compartiendo educación, pero también habitación, los combos de hermanos han gozado de gran reputación a la hora de lograr un magnífico ensamblado de ritmos y tempos. Ahora desde Melbourne nos llega el trabajo de dos hermanos cuya procedencia parece una cagada del destino, porque su propuesta se podría situar más cerca de Georgia que de su Australia natal. Y digo esto porque la prodigiosa garganta del cantante Josh Teskey tiene ese punto rugoso a lo Otis Redding, aunque por momentos también puede recordar al gigante de Sheffield Joe Cocker, pero con menos caja torácica. Y sí, ya lo has adivinado: el tema va de soul-rock sureño de hechuras clásicas, hecho con un grado de autenticidad que corta la respiración.

“Run Home Slow” es el segundo trabajo del combo integrado por el ya mencionado Josh Teskey junto a su hermano Sam a la guitarra (otro clásico) y el apoyo de dos colegas del barrio de los de toda la vida (clasicazo): el bajista Brendan Love y el batería Liam Gough. Juntos han dado un paso de gigante, si comparamos el sonido de este nuevo disco con el de su debut. De entrada han dejado su cara más blues aparcada para lanzarse de lleno al soul-rock para gloria y loa de la garganta de Josh. Y por otro, y no es un detalle baladí, han contado con la colaboración de Paul Butler (Michael Kiwanuka, St Paul & The Broken Bones, Nick Waterhouse..) en la producción. Todo un sabio en esto de la música soul actual que, lejos de hacerlos sonar 'modernos', ha mantenido su esencia, pero les ha quitado algo de polvo, sin que se note demasiado. Además los ha lanzado a terrenos más “Kiwanuka” en un tema como "So Caught Up"  que es lo más pop que han hecho los hermanos Teskey en su vida, y que les puede abrir los caminos a transitar y crecer todavía más en el futuro. Y es que “Run Home Slow” es un disco de tempo relajado y ambientación muy variada, que puede ir del dixie de Nueva Orleans de “Sunshine Baby”, al rock sureño de “Sun Come Ease Me In” muy a lo Black Crowes del “Southern Harmony...” o la balada corta-venas que cierra el álbum “That Bird” por la que Rod Stewart y sus Faces hubieran pagado en su día un potosí.

Definitivamente la soul music desde sus múltiples variantes está en una época dorada, y que salgan grupos como los Teskey Brothers desde el otro lado del planeta, no hace más que confirmarlo. Disfrutémoslo sin más, y no nos comamos más el coco con lo de “cualquier tiempo pasado fue mejor” porque a los grandes ya no los resucitamos.