No ha despertado el segundo larga duración de los australianos la misma unanimidad entre la crítica que su estreno de hace tres años. En realidad, algunos de los medios que más saliva gastaron encumbrando la relevancia artística del quinteto no han tardado mucho en darles ahora la espalda. Y, tras unas cuantas escuchas, ese desplante se antoja como precipitado. En este nuevo disco homónimo pierden la inmediatez que demostraron en “Conditions”, cierto. Tampoco hay ningún tema que resalte con el mismo fulgor que el citado, al menos a primera vista. Pero como conjunto, “The Temper Trap” no tiene nada que envidiar al estreno, e incluso lo supera en solidez, consistencia. Presentado con los avances de la hipnótica “Rabbit Hole” y el tronchante video de “Need Your Love”, dentro del disco se esconden otras pequeñas joyas que también merecen ser descubiertas. “Trembling Hands” y “The Sea Is Calling” son nuevos ejemplos de esa particular habilidad de la banda por encontrar laberínticas melodías que los diferencia del pelotón de grupos de indie pop contemporáneo; el falsete de Dougy Mandagi alcanza nuevas cotas de brillantez en “Miracle” y lo expansivo y elaborado de “This Isn’t Happiness” o “We Do We Go from Here” demuestran que los australianos siempre estuvieron más cerca del mejor synth pop de los ochenta que de U2.
Es un disco que no entra a la primera escucha, se le ha de dar una oportunidad para ir descubriendo esas melodías ocultas que poseen casi todas las canciones para poder disfrutarlo, es un disco mas denso y pierde ese toque exótico que si tenía el primer disco para irse a un sonido algo mas british.