En 2006 despuntaron gracias a “Movements” que contenía buenos hits de club como “Night Falls”, pero sobre todo “Body Language”.
Han estado girando como peonzas por todo el planeta, quemando yema y neurona, y como suele pasar tras largas giras, ahora entregan un disco más sereno y calmado, de esos que se componen en las habitaciones de los hoteles. No quiere decir esto que “The Sun & The Neon Light” sea un muermo, todo lo contrario. El dúo alemán se ha abierto a nuevas vías de composición, basculando entre lo sintético y lo orgánico (hasta han grabado con orquesta incluyendo arreglos de cuerda) para facturar un disco de pop electrónico epidérmico y sesudo (en ocasiones incluso psicodélico), para bailar en el sofá de casa. Del total de las catorce piezas hay dos claramente orientadas a la pista. “Control Me” es una de ellas. Tema con la voz de Walter, de clara cadencia electropop de los ochenta, en continua subida; y la euforia synth-pop de “Charlotte” que remite indefectiblemente a New Order. Entre las preferidas están “Dusty Boots”, con ese riff country que atrapa tanto como despista, la melodía misteriosa de “Redemption” que acaba estallando en un ritmo robótico y maquinal y el trip hop de “Comacabana”, que compusieron en Brasil. Aunque bajan la guardia en un par de cortes demasiado sinfónicos, el disco es un ejercicio correcto y ecléctico en el que se intuyen referencias a gente tan dispar como Howie B, Orbital, Herbert y Giorgio Moroder. Ahí es nada.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.