Este “The Stand Ins” es mellizo del aclamado “The Stage Names” (07). Se grabó en las mismas sesiones, y pese a compartir ciertas señas de identidad evidentes, se perfila como una versión corregida -y diría que aumentada- de su predecesor, el disco con el que la banda de Austin (Texas) rompió la difusa barrera que separa la independencia más irreductible del ámbito de cierta relevancia mediática del que ahora gozan.
El pistoletazo de salida con la jovial “Lost Coastlines” ya avisa de por dónde van a ir los tiros: febril rítmica Motown -emparentada con la de The Decemberists de “This Sporting Life”-, embriagadora alternancia vocal entre Will Sheff y Jonathan Meiburg (de Shearwater, puntual en esta canción) y pliegues y más pliegues de ese notable aliento narrativo que crece con cada disco. La temática que Sheff extiende a lo largo de todo el álbum versa sobre la cara y la cruz de la fama, sobre las servidumbres -desde luego no siempre placenteras- del rock’n’roll way of life, bien sea a base de folk exultante (“Singer Songwriter”), medios tiempos hechizantes (“Starry Stairs” o “Calling Or Not Calling My Ex”), petardazos de pop instantáneo (“Pop Lie”), delicadas molduras melódicas a lo Morrissey (“On Tour with Zykos”) e incluso un emotivo crescendo con guiño a Jobriath, la estrella caída del glam rock de los setenta. Ornamentado además con cuerdas y vientos que no pueden ser más precisos.
Como se dice coloquialmente, Okkervil River están ahora mismo de dulce, y trabajos tan faltos de materia grasa así lo ratifican.
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