“Estar en tierra de nadie”. Esta podría ser una buena definición para la banda de Croydon.
Sin embargo, si se observa detenidamente su carrera, descubrimos que esta indefinición característica es sin duda su mayor logro, capaz de hacerles sobrevivir durante estos diez años al Manchester Sound, al grunge, y a la eclosión de la electrónica, sin perder en ningún momento su identidad: pop que enlaza el sonido de los sesenta con la música de baile y con un evidente afán experimentador, como demostraron en discos como “So Tough” (93) o en sus múltiples remezclas, “Casino Classics” (96), y colaboraciones diversas. Ahora, y como habían avanzado con el Ep “Places To Visit” (99) –en el que colaboraban Sean O’Hagan de High Llamas y Jim O’Rourke, someten su música a un baño de abstracciones electrónicas y post-rock, gracias sobre todo a la íntima colaboración desarrollada junto a los berlineses To Roccoco Rot (maestros en post-rock y neu-krautrock) y las guitarras y cuerdas de O’Hagan y J. Williams (Doves), que imprimen una oscura pátina de melancolía y experimentación, relegando la frescura por una actitud reflexiva, que, sin embargo, no ahoga la elegante fragilidad de temas como “Heart Failed”, “Just A Little Overcome”, enriqueciendo la mutante y larguísima “How we Used To Live”, que en su parte central contiene uno de los escasos momentos bailables del disco (junto a “Don´t Back Down”), y que no nublan la melancolía y la sutilidad compositiva de este gran disco
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