Ya lo sé. Sé que las comparaciones son odiosas y que les hacen un flaco favor a los afectados. Lo siento, pero en el caso de este «The Soft Bulletin» la comparación nos viene servida en bandeja: el nuevo larga duración de The Flaming Lips parece la respuesta –evidentemente- al «Deserter’s Songs» de Mercury Rev. ¿Casualidad? ¿Premeditación? El caso es que «The Soft Bulletin» abunda en la búsqueda permanente de la orquestración, ya sea del ruido o los instrumentos orgánicos. No podemos dejar pasar por alto que la producción ha venido, en parte, de Dave Fridmann (teclista de Mercury Rev), hecho que parece si no determinante, cuando menos, orientativo. Lo que revela todo este embrollo es que las mezclas que Phil Spector hiciera para el «Let It Be» de los Beatles, aunque no gustaran a los de Liverpool, crearon escuela. El muro de sonido inventado por el enfermizo productor arropa aquí las canciones de pop torturado de Wayne Coyne. Como una banda sonora, «The Soft Bulletin» recrea atmósferas y paisajes con instrumentaciones clásicas, desde la casi pastoral y, por otro lado, inmensa «A Spoonful Weights A Toon» a la wagneriana «The Gash», los Flaming Lips han creado un álbum perturbador y barroco como pocos, más ampuloso que el «Deserter’s Songs» aunque no por eso menos intenso. Un hallazgo.
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