The Silver Tree

Desde su debut para el sello 4AD, “The Mirror Pool” (1995), que Lisa Gerrard no firmaba un álbum en solitario. Una vez que acabó la aventura Dead Can Dance, la Gerrard ha encontrado apoyo en diferentes compositores e instrumentistas -Pieter Bourke, Patrick Cassidy, Hanz Zimmer, Jeff Rona…- que de alguna forma han dado forma a la extraña discografía de la australiana, del latido tribal de “Duality” (1998), a la solemnidad religiosa de “Immortal Memory” (2004), pasando por sus trabajos para el cine, más orientados a la world music.

Había curiosidad, pues, por conocer por donde camina hoy en solitario una de las voces más personales de la música popular de las últimas décadas. Su respuesta es este “The Silver Tree”, un trabajo más adusto y menos arreglado que “Immortal Memory”, pero que, igual que aquel, habita en el reino de sombras. Sin apenas percusiones -los tambores, al más puro estilo Dead Can Dance sólo cobran protagonismo en dos temas-, la práctica totalidad de las canciones se sostienen en unas melodías minimalistas y ambientales sobre las que la voz de la Gerrard planea más sobria de lo que nos tiene acostumbrados. Obviamente no es apto para todos los públicos: no todo el mundo pretende de un disco que lo arranque de este mundo.