Canciones, ese es el único e imprescindible requisito que necesitas para obtener el reconocimiento por el trabajo bien hecho. Así que, puestos a hacer lo mismo que sus competidores y a no inventar nada, por lo menos que sean capaces de ofrecer un producto de calidad. Y eso es precisamente lo que han logrado Disturbed. Porque justo en el momento en el que empezamos a percibir algo de saturación en lo que al nu-metal se refiere, es de agradecer que surja alguien con ganas de agradar y sorprender, aunque sea mínimamente.
Todo ello, gracias a una fuerza inusitada y a unos estribillos que enganchan de inmediato, por obra y gracia de un vocalista que lleva las riendas del grupo a la perfección. Las inevitables referencias a Korn -aunque estos sean más directos-, a Orgy -por la inclusión de algún sonido electrónico- y por emparentárseles en la recuperación de un clásico ochentero (en este caso, “Shout” de Tears For Fears), y, lo dicho al principio, canciones inolvidables como “Stupify” y “Voices”, un corte en el que vocalmente nos recuerdan a los Metallica de los tiempos de “Load”. Para rematar la faena, nos encontraremos con una pieza en la que David Draiman canta como si del perro hablador de “Little Nicky” (la película) se tratase. Y son esos momentos los que convierten a este disco en algo distinto y disfrutable en toda su amplitud.
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