El resultado en esta ocasión se concreta en un disco de notable alto, con catorce cortes que devuelven la inmediatez y la intensidad hímnica que había ido perdiendo la banda a lo largo de los últimos años. Ya no se esconden figurones como Ric Ocasek o Todd Rundgren detrás de la producción, lo que les hace ganar en crudeza y actitud sonora, aunque les ha sido imposible recuperar (eso quizás va con la edad) la rabia e inspiración de sus primeros trabajos.
Probablemente se trate de su trabajo más vocacional de los últimos diez años. A diferencia de álbumes como “No Substance” o “The Gray Race”, “Process Of Belief” se escucha sin dificultad, no contiene material de relleno y cortes como “You Don´t Belong”, “Sorrow”, “The Lie” o “Epiphany” nos recuerdan los mejores Bad Religion. Sin llegar a la genialidad de maravillas como “No Control” o “Against The Grain”, sí podemos por fin reconocer en este disco a la banda que ayudó a engendrar un nuevo género, el hardcore melódico, del que vuelven a ser los mejores exponentes.
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