Hace justo un año Jesse Sykes nos dejaba de piedra con su tercer larga duración. Pasados esos doce meses, ya tenemos un nuevo comodín, una inesperada artista que parece haber nacido para tomar el testigo de las mejores. “The Pirate’s Gospel” fue un trabajo autoeditado hace más de tres años, previo paso por un Ep de seis temas. Vieron la luz un total de seiscientas cincuenta copias completadas a mano por la propia Alela Diane, natural de Nevada City, en California, y poseedora de una de esas voces sobrenaturales que se salen del mapa, tan grande y caudalosa como la desembocadura del Mississippi, de registro agreste, bronco y profundo.
Sus maneras son parecidas a las de Dayna Kurtz, con esa sobria presencia, y un registro imponente que en momentos concretos recuerda a un hombre. En todo caso, la sonoridad de este trabajo es sencilla, poco aparatosa, dejando vía libre al lucimiento de sus poderes vocales.
Las canciones respiran espiritualidad, con el estilo de una Wanda Robinson en los setenta, con una mano que se aposenta en el bando indio y la otra en la tradición estadounidense. De ahí que los coros apenas se perciban, que los rasgueos de guitarra sean de lo más tímido y que el tono general del disco reporte paz, serenidad y sosiego, completando un paquete sonoro que nos descubre maravillas del calibre de “Third Feet” o “Can You Blame The Sky?”.
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