Para empezar, “We Have The Facts And We´re Voting Yes” estuvo, en nuestro país, a un punto de la sobrevaloración, aunque su minutaje mereciese mucho la pena. Quizás por ello, las esperanzas depositadas en “The Photo Album” por nuestra parte tampoco eran demasiadas (ya saben, por aquello de que Death Cab For Cutie ya habían mostrado sus cartas). Y miren por dónde que, por bocazas, uno se ha visto obligado a tragarse sus palabras.
Para empezar, “We Have The Facts And We´re Voting Yes” estuvo, en nuestro país, a un punto de la sobrevaloración, aunque su minutaje mereciese mucho la pena. Quizás por ello, las esperanzas depositadas en “The Photo Album” por nuestra parte tampoco eran demasiadas (ya saben, por aquello de que Death Cab For Cutie ya habían mostrado sus cartas). Y miren por dónde que, por bocazas, uno se ha visto obligado a tragarse sus palabras. Más que nada porque el disco está muy por encima de su predecesor, su emotividad es más abrumadora si cabe y Ben Gibbard canta como un ángel (aunque sea feo, feo), porque han firmado por lo menos tres de las mejores canciones que nos ha brindado la independencia estadounidense en una larga temporada (apúntenlas: “A Movie Script Ending”, “Why You´d Want To Live Here” y “Styrofoam Plates”). Death Cab For Cutie han madurado, se han hecho fuertes y han ganado en personalidad (aunque el referirnos a Built To Spill para que sepan de qué estamos hablando aún funciona), pero lo principal es -y no les quepa duda de eso- que Gibbard lo borda en su papel de vocalista. También podría decirles que la edición española merece la pena por incluir el Ep “Stability” (tres temas, entre ellos una versión del “All Is Full Of Love” de Björk, sólo que el tema titular es la peor composición del grupo hasta el momento) o la pieza “Gridlock Caravans” como extras, pero eso me lo ahorro, porque con los primeros minutos del disco ya hay suficiente para que se gasten la panoja.
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