Para su séptimo álbum de estudio, los suecos han dejado a muchos con cara de póker. ¿La razón? Cuenta la leyenda que se fueron a Brasil y, seguramente (esto son suposiciones personales) tuvieron que darlo todo en el sambódromo. Si no fuera así, no hay excusa que valga para que este “The People’s Record” sea un disco donde la samba y al afrobeat campen a sus anchas en los diez cortes que lo componen. Karolina Komstedt, como aterciopelada a la par que sigilosa voz cantante, sigue brillando con luz propia (atención a ese tridente formado por “Western Hospitality”, “Isn’t That Great?” y “Shape Up!”, con las que hasta el más muermo del pueblo se verá obligado a reivindicar los coros africanistas). Por primera vez en su carrera han contratado a un productor, en este caso Jari Haapalainen (Camera Obscura, The Concretes), prescindiendo, asimismo, de las baladas atmosféricas que en gran medida podrían considerarse marca de la casa. Y lo cierto es que un servidor lo considera todo un acierto. Bien es cierto que en la mitad del tracking (“My Pessimistic Heart” o “Back To A”) se ralentizan levemente, aunque en los últimos cortes retoman la fiereza del inicio del álbum con dos temas como “We’re All Going To Die” o la infalible “Be Mad, Get Ill, Be Still”, que nos hacen afianzar su nueva travesía musical como un rayo de luz reluciente made in Escandinavia. Sergio
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